19.1.09

5. Oscuridad (II)

El mar sigue enviando andanadas de olas que me sobrecogen. El estruendo de las montañas de agua que rompen a pocos metros de mí, como para demostrar la poderosa fuerza que contienen, me aturde. El viento sopla desde el mar, enviándome litros de espuma que los espíritus levantan en su diabólica danza nocturna sobre las revueltas aguas.
Más ruido, más fuerte, más cerca. Mi corazón va a estallar. Mi cabeza se bloquea.
Me mareo, no puedo más.
Cierro los ojos.
Y caigo.