18.3.09

14. La máquina del diablo

La rueda de la rutina en nuestras miserables vidas tiene grandes palas que horadan nuestras vivencias sobrehumanas, para dejarnos, una vez más, zombis.

Lucho cada día para que esas palas no me alcancen, o no lo hagan con toda su fuerza.

Hay que mantener las sensaciones, hay que alimentar las experiencias, hay que pensar el siguiente paso.

La rueda se mueve impulsada por una enorme y poderosa maquinaria, que me hace correr en una dirección que no es la mía.

Pero fuera del camino las dudas de la inexperiencia me rodean, y, desde lejos, la máquina brilla metálica y diabólicamente. La rueda parece acunar los sueños desde la distancia, siendo que, cuando estoy bajo ella, veo como los lanza al aire, a la negra noche, a la distancia.

Es una máquina creada por el lado oscuro, sin duda.

Y no vale cerrar los ojos. No para mí.